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Foto del escritorManifiesto x Aguilas

El JUGLAR, composición en ripios libres

Actualizado: 30 mar


A la entrada del sendero

Que daba acceso a la villa

Estaba escrito un letrero

Bien veréis lo que decía

“Hay prohibición terminante

en todo aqueste lugar

de cualquier venta ambulante

y también el mendigar”.


Como fuere que el muchacho

del cartel no hiciere caso

siendo el de juglar su oficio

por la fuerza fue llevado

con su flauta y su morral

sin obtener beneficio

al poder consistorial.


Hallábase la alcaldesa muy confusa

en cómo interpretar sus alcaldadas

pues no quisiera ser la más ilusa

de cuantos esperaban en la sala

la respuesta, sin trampa ni tapujos

a la cuestión planteada.


Díganos el secretario

la falta y su gravedad

si se trata de un delito

o solo una nimiedad

Levantose el secretario

bien oiréis lo que dirá.

Unanimidad no ha falta

si se sabe la verdad.

No señor, no vende nada

pues pide la voluntad,

si limosnas no reclama

no cabe mendicidad.


Arrogose la alcaldesa la palabra

y dio por terminada la sesión

ordenando al munipa que le abra

al juglar las puertas de la prisión.



(Coro)

Andando andando

siguió el camino

nuestro juglar

con un vecino

de otro lugar


Allegados a un villorrio

irrumpieron en la plaza


Recítanos juglarcillo

la copla de tus entrañas

la que más gusta al pueblico

que ronda por las Españas.


Afinó el juglar la flauta,

si es que la flauta se afina

y bien tomada la pauta

al público que aglutina,

con voz triste y melancólica

tan armoniosa y melódica

a la vez suave y prosódica

con alabanza metódica

complugo la petición

sonando así su canción.


A Isabel Diaz Ayuso

a la que MAR la compuso

con culo y pecho confuso

sin pensar en el abuso

de su hospital inconcluso

por mal nombre el de Zendal


Así siguió el recital

hasta que a la concurrencia

se le agotó la paciencia

 y no obstante

(permítanme una licencia)

le llenaron el morral

de queso y de salchichón

con alguna proporción

del vil metal.



(Coro)

Andando andando

siguió el camino

nuestro juglar

con nuevas coplas

para cantar.


Allegado a una taberna

de tradición libertaria

anuncioles en la puerta

su producción literaria



(Coro)

Un repertorio

tan meritorio

dio al personal

que se dispuso

para la escucha

del recital.


Con voz triste y melancólica

tan armoniosa y melódica

a la vez suave y prosódica

como fuera habitual

canta el bardo su ocurrencia:

la monárquica presencia

-en la borbónica esencia-

de la España medieval


Quien hubiese tal ventura

en la llanura africana

como hubo el rey Juan Carlos

en la mañana de caza

con un fusil en la mano

la caza iba a cazar

vio venir un elefante

y tuvo a bien disparar

y disparó hacia adelante

cayendo luego p’atrás

cuando yéndose a la cama

se dispuso a fornicar.

Allí fabló el rey Juan Carlos

bien oiréis lo que dirá:

Por Dios te ruego, Corina

no digas que lo hago mal.

Respondiole la Corina

tal respuesta la fue a dar:

Yo no digo nada a nadie

si no me obliga el fiscal.

Regalos hizo el emérito

regalos en sin parar,

unos de Arabia Saudita

otros de cualquier lugar

negocios en comandita

sin pagar al fisco ná.

Por culpa de su estulticia

consumiole la codicia

y no tuvo la pericia

de decirnos la verdá.


(Continuará)

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