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Foto del escritorManifiesto x Aguilas

Marina de Cope: La especulación mató el proyecto especulador

En el 2001 el Gobierno Regional del PP planeó un megaproyecto urbanístico en la Marina de Cope en terrenos aguileños y lorquinos pertenecientes al Parque Natural allí existente.



El proyecto contemplaba 9.000 viviendas, 5 campos de golf, 10 campos de fútbol, 20 hoteles y un puerto interior con 2.000 puntos de amarre.


Inmediatamente, los terrenos empezaron a revalorizarse.


Algunos bancos y empresas intermediarias comenzaron a hacer ofertas de compra a muchos propietarios, ofertas sobre 10 euros el metro cuadrado, con la finalidad de revenderlos después a mayor precio. Algunos propietarios vendieron y otros, no, esperando mejores ofertas.


En unos pocos años las ofertas rozaban los 60 y 70 euros m2.


Mientras tanto, el Gobierno Regional buscaba multinacionales del turismo para que se encargaran de llevar a cabo la construcción del proyecto.


Pero a las multinacionales urbanísticas no les interesaba esos terrenos tan caros. Hubieran preferido comprar todo el terreno a los 10 euros iniciales y embolsarse ellas los beneficios del pelotazo urbanístico.



El Gobierno Regional contrató a famosos, como Julio Iglesias, Johan Cruyff y otros, para hacer publicidad y conseguir convencer a las multinacionales, sin conseguirlo.


Comprar terrenos desconocidos a precios de terrenos de otros lugares famosos, como Benidorm o Marbella, las echaba para atrás.


Y llegó la crisis de 2008, lo que terminó por herir de muerte el proyecto.


Al principio, en 2001, cincuenta diputados socialistas del Congreso de los Diputados (50 es el mínimo requerido) presentaron en el Tribunal Constitucional un recurso contra el proyecto basándose en que los terrenos de un Parque Natural no pueden dejar de estar protegidos con una simple votación en el Parlamento Regional, donde el PP tenía mayoría.


Esos terrenos eran parque natural en base a unos estudios técnicos y científicos favorables sobre su flora, su fauna y su paisaje. Para construir allí hubiera sido necesario que otros estudios científicos demostraran que ya no existían esos valores medioambientales.


Fue paradójico que los partidos socialistas de Lorca y Águilas apoyaran en varias votaciones municipales ese megaproyecto urbanístico mientras 50 diputados socialistas lo tenían recurrido al Constitucional.


Y el Constitucional esperó hasta 2011 para darle la razón a los 50 diputados y anular el proyecto.


Esperó mucho el Constitucional. Dio la impresión que esperó a ver si se urbanizaba. Y una vez urbanizado, cuando los valores de flora, fauna y paisaje hubieran desaparecido, el Constitucional les habría dado la razón a los 50 diputados, pero..., ya no habría forma de volver atrás.


Miguel Carrasco

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